Las personas que contratan los servicios de un entrenador personal lo hacen porque conocen los motivos que hacen de este servicio una herramienta con la que ahorrar tiempo y dinero.
Un entrenador personal no es solamente alguien con quien entrenas. Esta persona recoge diferentes tipos de información sobre ti para incluirla en forma de diferentes parámetros dentro de fórmulas que ayudan a determinar tu estado de forma actual, y así, poder elaborar una prescripción deportiva anual en base a éstos resultados. Sin duda alguna, éste es el mejor método para dar sentido y dirección a sus prescripciones deportivas.
Puede parecer que con un entrenador personal gastamos más dinero, pero para aquellos que tienen auténtica necesidad de cumplir su objetivo, es justo lo contrario, una forma de ahorrar. Puedes pagar la mensualidad de cualquier centro deportivo y seguir una tabla de ejercicios genérica durante años, o puedes reducir el tiempo y el dinero empleado en perseguir el objetivo que deseas, con la ayuda de un buen profesional que garantice sus servicios.
Un entrenador personal aumenta nuestro compromiso al sentirnos seguidos, asesorados y motivados. Sabe reconocer los síntomas que pueden preceder una lesión, ahorrándonos muchísimo tiempo y dinero en recuperarnos físicamente.
En conclusión, podemos afirmar que nuestras posibilidades de conseguir el objetivo que nos planteamos aumentan considerablemente con el compromiso y dedicación que presupone la contratación de un profesional del sector.
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